Rosalía Lombardo (1918 — 6 de diciembre de 1920), apodada La Bella Durmiente, fue una niña de origen siciliano que falleció a la edad de dos años a consecuencia de una neumonía. Se hizo famosa post mortem, cuando el químico Alfredo Salafia (1869 - 1933), a petición del padre de la niña, procedió a embalsamar el cadáver conforme a su innovadora y duradera técnica. Una vez momificado el cuerpo, este fue trasladado a la Capilla de los Niños de las Catacumbas de los Capuchinos de Palermo,2 siendo uno de los últimos cuerpos en ser aceptados en la cripta.
Recientemente, un equipo de investigadores del Instituto de Momias y Hombre de Hielo de Bolzano (Italia) encabezados por el biólogo antropologista Dario Piombino-Mascali ha tenido acceso a las notas personales de Alfredo Salafia, e incluso han podido hablar con descendientes directos del mismo para descubrir la técnica empleada por el embalsamador, que nunca develó en vida.
En la actualidad, el cuerpo embalsamado todavía continúa presente en las Catacumbas de los Capuchinos. Concretamente, éste reposa en un ataúd de madera con cubierta de vidrio, asentado encima de un pedestal de mármol. Dado que la momia puede ser visitada, al igual que el resto de la cripta, esta constituye uno de los mayores atractivos turísticos de la región.Aunque sólo permanece visible la cabeza, un reciente estudio con rayos X demostró que el resto del cuerpo, incluidos los órganos, se encuentran en muy buen estado de conservación y con un grado de deterioro muy leve.
La fórmula tan celosamente guardada por Salafia consistía en una mezcla de formol diluido en agua que actuaba como desinfectante y eliminaba a las bacterias, saturada en sales de zinc. También incluía alcohol, que junto el clima particularmente seco de las catacumbas podría haber secado el cuerpo de Rosalía y permitir de este modo su momificación; ácido salicílico, que evitaba la proliferación de hongos, y glicerina, que prevenía el excesivo secamiento de los tejidos corporales. Otros factores clave que intervinieron en la perfecta conservación del cuerpo de Rosalía fueron el clima particularmente seco de las catacumbas y la aplicación de parafina disuelta en éter en el rostro de la niña, lo que favorecería la perfecta conservación del mismo a lo largo del tiempo.
La fórmula tan celosamente guardada por Salafia consistía en una mezcla de formol diluido en agua que actuaba como desinfectante y eliminaba a las bacterias, saturada en sales de zinc. También incluía alcohol, que junto el clima particularmente seco de las catacumbas podría haber secado el cuerpo de Rosalía y permitir de este modo su momificación; ácido salicílico, que evitaba la proliferación de hongos, y glicerina, que prevenía el excesivo secamiento de los tejidos corporales. Otros factores clave que intervinieron en la perfecta conservación del cuerpo de Rosalía fueron el clima particularmente seco de las catacumbas y la aplicación de parafina disuelta en éter en el rostro de la niña, lo que favorecería la perfecta conservación del mismo a lo largo del tiempo.
1 comentario:
Este artículo me parece espectacular, en lo particular me encantaría conocer toda la historia detrás de esta niña maravillosa, si alguien tiene información como si existen familiares aún o algo relacionado a su historia mi correo es gcano_760402@hotmail.com gracias.
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