Selene
En la mitología griega, Selene (en griego antiguo Σελήνη Selếnê) era una antigua diosa lunar, hija de los titanes Hiperión y Tea. Su equivalente en la mitología romana era la diosa Luna. El de diosa lunar es invariablemente un papel principal. Si su nombre es griego, está conectado con selas, «luz».1 Selene terminó siendo suplantada en buena medida por Artemisa, de forma que los escritores posteriores la describían como una hija de Zeus o de Palas. En el himno homérico a Hermes, con su patrilinealidad característicamente insistente, es la «brillante Selene, hija de Palas, hijo de Megamedes». En la genealogía divina tradicional, Helios, el sol, es su hermano: después de que éste termine su viaje a través del cielo, Selene comienza el suyo cuando la noche cae sobre la tierra. Su hermana Eos es la diosa de la aurora, quien también tuvo un amante humano, Céfalo.
Endimión: Era un hermoso pastor. Era tan hermoso que Selene, la diosa de la luna, pidió a Zeus que le concediese vida eterna para que nunca la dejase. Alternativamente, Selene confió y amó tanto a Endimión que él tomó la decisión de vivir para siempre durmiendo. De cualquier manera, Zeus lo bendijo otorgándole un sueño eterno. Cada noche, Selene lo visitaba donde estaba enterrado en el monte Latmo cerca de Heraclea de Caria, en Asia Menor. Selene y Endimión tuvieron cincuenta hijas, entre ellas Naxos. Hay una tradición que señala que su tumba se encontraba en el estadio de Olimpia en el lugar de salida de los corredores,6 aunque los habitantes de Heraclea de Caria dicen que se encuentra en el Monte Latmo donde hay un santuario dedicado a Endimión. Plinio el Viejo menciona a Endimión como el primer ser humano que observó los movimientos de la Luna, que (según Plinio) consideró el amor de Endimión.
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