jueves, 4 de febrero de 2010

¿Existe vida fuera de Facebook?


Para muchos, la pregunta carece de sentido, no tiene relevancia. La vida es Facebook y nada más. Día a día, intercambian sus fotos, modifican el status de rigor y proceden a operar ya de forma automática, ya de manera casi burocrática en la supervisión y control de la insoportable levedad del ser en la era de las redes sociales.


Es decir, poco a poco, vamos deshumanizándonos al convertirnos en potenciales funcionarios burocráticos de la nueva Stasi mundial: Facebook, donde permitimos y convalidamos el cuestionable hecho del espionaje por internet.


Ayer, la mayoría silenciosa sabía pronunciarse y organizarse a la hora de presentir el menoscabo de sus privilegios adquiridos de intimidad y privacidad. Sin duda, eran otros tiempos.


Hoy, por el contrario, el sistema logró introducir su agenda, su caballo de Troya hasta el fondo de nuestra cama y de nuestro hogar dulce hogar, bajo el manto y la pantalla de la buena voluntad de cara a la enorme popularidad de la red y ante la complacencia de los, así llamados por la China, aplaudidores de iniciativas empresariales, seducidos y fascinados como niños por la mitología electrónica mientras cultivan, de la boca para afuera, un curioso y paradójico escepticismo radical frente a las ideologías duras de la modernidad.


Sin embargo, hay sobradas y argumentadas razones para desconfiar también de semejante propuesta dogmática con aires de trascendencia, mesianismo y redención.


Facebook no es la tabla de salvación para tu “soledad compartida” desde el anonimato y para la destrucción bélica de tus relaciones interpersonales, Facebook no va a mejorar absolutamente nada y en lugar de ello va a reforzar el mal estado de las cosas, cual simulacro, cual mampara de ocultamiento y distracción de la realidad hasta cierto límite, porque todavía confían en las virtudes emancipadoras del consumismo, y del egocentrismo a través de las innumerables plataformas desplegadas por la sociedad del espectáculo.

1 comentario:

Karol_a dijo...

Hola Migue, qué tal estás amigo, espero que muy bien, me perdonas si ando muy ocupada en los últimos tiempos, si te das cuenta incluso escribo mucho menos, no vengo mucho a verte, lo siento.
Pues yo no tengo facebook y ni me hace falta. La verdad es que ya el blog roba bastante tiempo como para estar en todo.
Un beso.